POEMA: NADIE ME LO PIDIÓ. PINTURA: LÁTIGO ROJO DE AMOR
NADIE ME LO PIDIÓ
Abandonada como una rama tronchada en el árbol
del futuro, desciende los márgenes del rio una sombra
sin labios. Y juega en los mínimos saltos del agua, allí
donde la piel y la tela del trabajo son el único salvavidas
en su destino de presa para los colmillos del castor.
Nadie me lo pidió,
me tiré al agua para estudiar su cuerpo
y resultó vara de avellano que la tormenta del verano
arrancó entre sombras a la noche con melodía furtiva.
Nadie me lo pidió. Digo y miento.
No quise salvar mi reputación de afortunado en el juego,
ni bucear en las ciénagas del no puedo.
En el barrio, rápido se aprende la jerga del regateo:
al descuido, un céntimo por alma, te vendo al peso o
tu mirada envuelvo en papel de caramelo si me sonríes;
de la cintura puedo declamar versos tenebrosos
esta noche y si detienes el tiempo de mi boca
en tus pechos,
salto la banca por un ramo de diecisiete rosas rojas
arrancadas al tapete.
La herida busca el aire antes de consagrarse espina
del tallo caída. Declina y memoriza los verbos
sin embargo ninguno deja el sabor de los besos,
ese punto y aparte que cada noche sueña y olvida,
sobre tu cuello.
Nadie me lo pidió.
Ahora tres mujeres se cruzan en el puente de la vida
tres sombras de amor conversan apoyadas sobre la pared
su delirio de pan y peces en libertad
para los pájaros del secreto final.
Firmes los músculos en la partida,
juego con las cartas marcadas.
Nadie me lo pidió
esta vez el caballo relincha vencedor en el establo.
Del Poemario “LA MÁQUINA DEL TIEMPO”
de Carlos Fernández del Ganso
Traducción: Esther Núñez Roma
NOBODY ASKED ME
Abandoned like a broken branch in the tree
of the future, a shadow descends the river banks
no lips. And it plays in the tiny jumps of the water, there
where skin and cloth of work are the only lifeline
in its destiny of prey for the fangs of the beaver.
Nobody asked me,
I jumped into the water to study her body
and it turned out to be a hazelnut cane that the summer storm
pulled up among shadows to the night with a furtive melody.
Nobody asked me. I say and lie.
I didn't want to save my reputation as lucky in the game,
nor dive in the swamps of I can't.
In the neighbourhood, you quickly learn the bargaining lingo:
carelessly, a penny per soul, I sell you by weight or
I wrap your gaze in candy paper if you smile at me;
from the waist I can declaim dark verses
tonight and if you stop the time of my mouth
in your breasts,
I jump the bench for a bouquet of seventeen red roses
ripped from the tablecloth.
The wound seeks air before to consecrate itself thorn
of the stem fallen . It draws to an end and memorizes the verbs
however none leaves the taste of kisses,
that point and aside that every night dreams and forgets,
on your neck.
Nobody asked me.
Now three women cross on the bridge of life
three shadows of love converse leaning on the wall
their delirium of bread and fish in freedom
for the birds of the final secret.
Firm your muscles in the game,
I play with the marked cards.
Nobody asked me
this time the horse neighs victorious in the stable.
From de Poemary "THE TIME MACHINE"
by Carlos Fernández del Ganso
Translation: Esther Núñez Roma