LA VENGANZA, HOSTILIDAD Y TENDENCIA AL SUICIDIO EN EL MELANCÓLICO
El estudio del Psicoanálisis es prioritario para la atención clínica de la Depresión, no considerar la existencia de los mecanismos psíquicos inconscientes nos impide tratar correctamente la Melancolía. Freud nos dice: “La persona que ha provocado la perturbación sentimental del enfermo, y hacia la cual se halla orientada su enfermedad, suele ser una de las más íntimamente ligadas a ella. De este modo, la carga erótica del melancólico hacia su objeto experimenta un doble destino. Una parte de ella retrocede hasta la identificación, y la otra, bajo el influjo del conflicto de ambivalencia, hasta la fase sádica, cercana a este conflicto. Este sadismo nos aclara el enigma de la tendencia al suicidio, que tan interesante y tan peligrosa hace a la melancolía”.
Reconocemos como estado primitivo y punto de partida de la vida instintiva un tan extraordinario amor a sí mismo del yo; y comprobamos, en el miedo provocado por una amenaza de muerte, la liberación de tan enorme montante de libido narcisista. Lo que cuesta comprender es cómo el yo puede consentir en su propia destrucción.
Sabemos, ciertamente, que ningún neurótico experimenta impulsos al suicidio que no sean impulsos homicidas, orientados primero hacia otras personas y vueltos luego contra el yo; pero continuábamos sin comprender por medio de qué juego de fuerzas podían convertirse tales impulsos en actos.
El análisis de la melancolía nos muestra ahora que el yo no puede darse muerte sino cuando el retorno de la carga de objeto le hace posible tratarse a sí mismo como un objeto; esto es, cuando puede dirigir contra sí mismo la hostilidad que tiene hacia un objeto; hostilidad que representa la reacción primitiva del yo contra los objetos del mundo exterior. Así, pues, en la regresión de la elección narcisista de objeto queda el objeto abandonado; mas, a pesar de ello, ha demostrado ser más poderoso que el yo. En el suicidio y en el enamoramiento extremo -situaciones opuestas- queda el yo igualmente dominado por el objeto, si bien en forma y consecuencias distintas”.
Del Libro: Depresión, Cáncer, Suicidio
Autor: Carlos Fernández del Ganso
Traductor: Esther Núñez Roma
REVENGE, HOSTILITY AND THE INCLINATION OF THE MELANCHOLIC TO SUICIDE
The study of Psychoanalysis is a priority for the clinical care of Depression, not considering the existence of unconscious psychic mechanisms prevents us from treating Melancholy correctly. Freud tells us: “The person who has caused the sentimental disturbance of the patient, and towards whom his illness is directed, is usually one of the most intimately linked to it. In this way, the erotic charge of the melancholic towards his object experiences a double destiny. One part of it goes back to the identification, and the other, under the influence of the conflict of ambivalence, to the sadistic phase, close to this conflict. This sadism clarifies the enigma of the tendency to suicide, which makes melancholy so interesting and dangerous”.
We recognize as a primitive state and starting point of instinctual life such an extraordinary self-love of the self; and we see, in the fear provoked by a death threat, the liberation of such an enormous amount of narcissistic libido. What is difficult to understand, it is how the self can consent to its own destruction.
We certainly know that no neurotic experiences suicidal impulses that are not homicidal impulses, directed first towards other people and then turned against the self; but we still did not understand by means of what play of forces such impulses could be converted into acts.
The analysis of melancholy now shows us that the self cannot die except when the return of the object charge makes it possible for it to treat itself as an object; that is, when he can direct the hostility he has towards an object against himself; hostility that represents the primitive reaction of the ego against the objects of the external world. Thus, in the regression of the narcissistic choice of object, the object remains abandoned; but, despite this, it has proven to be more powerful than self. In suicide and in extreme infatuation - opposite situations - the ego remains equally dominated by the object, although in different form and consequences”.
From the Book: Depression, Cancer, Suicide
Author: Carlos Fernández del Ganso
Translator: Esther Núñez Roma