Sin embargo, en mi barrio, la locura cultiva las esquinas del planeta.
El maestro llega al poblado y hace de la piedra escuela,
el pajar es ahora un vergel de preguntas,
marionetas y aviones de papel tiemblan del pupitre a la pizarra,
como golondrinas que libres vuelan.
¡¡Padre, madre!!
Hoy aprendí las vocales del amor y las consonantes de la muerte.
La tabla del lavadero también sirve para cantarle a los astros,
las estaciones siempre vuelven y aprender a sumar es cosa de sabios.
Hoy cultive una flor de harina y comieron los gorriones en mis manos.
Cultivar el olvido sentado y lanzando una moneda al tablero
saltar cual caballo, dos pasos y uno al lado.
Cultivarse en la sombra y si los dioses quieren tormenta,
cultivar bajo tierra gusanos de seda, mariposas para enamorados y
en la división del trabajo cultivar la fórmula de la multiplicación.
Cultivar no asegura el trigo. Cultivarse permite el pan.