LA MIRADA DEL OJO CLÍNICO
Revisando manuales de diagnóstico y terapéutica actuales en todos ellos se destaca a modo de introducción básica frases como: “La misión del médico ha sido definida muchas veces, pero la concisa afirmación hipocrática de curar o aliviar cuando es posible, consolar siempre no ha sido superada”. “El objetivo de la actuación del médico es el enfermo y no la enfermedad. La anamnesis es el procedimiento de mayor rentabilidad diagnóstica, su primer y fundamental objetivo es construir la historia clínica y para ello es fundamental escuchar cuidadosamente al paciente”. Otras frases dignas de ser trabajadas y pensadas, porque en ello está en juego la salud del paciente y la profesionalidad y salud del médico es: “La descripción por parte del enfermo de sus problemas está condicionada por sus vivencias, temores, creencias e interpretaciones por todo ello se debe aclarar el significado de sus expresiones, prestando atención a lo que dice el enfermo, a su actitud, tono de voz, expresiones faciales, silencios que nos ayudaran a comprender el componente emocional de lo referido”. “La relación médico-paciente se trata de una relación dual, desigual, multidimensional y dinámica que afecta a la familia y al resto del personal sanitario relacionado con el enfermo”.
LAS NOCIONES SON IMAGINARIAS, LOS CONEPTOS SON CIENTÍFICOS.
Hay que saberlo y no deja de sorprender que el alcance de estas nociones, la complejidad de estos criterios básicos para el desempeño de la medicina y el código deontológico que acompaña a toda praxis clínica, no deja de sorprender insisto que los médicos sigan trabajando en condiciones precientíficas. Y esto lo asevero y lo puede corroborar cualquier profesional si le preguntamos, ¿dónde aprehende el médico a escuchar al paciente? ¿es lo mismo oír que escuchar? ¿el ojo clínico y la mirada médica son el mismo fenómeno? Y por último ¿dónde y cómo se cuida el médico o no lo necesita en el ejercicio de su profesión?
Empeñado en colaborar con “mis colegas médicos” y considerando la formación continuada fundamental, pero también el descentramiento producido por las nuevas ciencias de este último siglo, como es el caso del Psicoanálisis, pretendo acercar algunas reflexiones importantes y novedosas para el desempeño de la profesión lo que incide de forma directa en la salud de los médicos y de los pacientes por estos tratados.
La relación médico-paciente nunca es dual, ya que el paciente nunca acude sólo a una consulta, lo hace acompañado de sus fantasmas, prejuicios y en ausencia o presencia de sus familiares y ningún médico podría trabajar en soledad, ya que al menos una Institución lo cobija. De esto da cuenta el concepto de Transferencia (no estudiado en la facultad de Medicina, pero presente en cualquier acto terapéutico).
Al médico se lo enseña como máximo a oír los latidos cardiacos, pulmonares e intestinales no se le educa a escuchar los avatares cotidianos, sexuales, laborales o profesionales del paciente, siempre presente en toda consulta y basta para ello estar unos segundos en silencio y comprobaran como el paciente se pone a “hablar de su vida”. El imaginario médico no está capacitado para escucharlo y produce angustia en el profesional, derivándolo inmediatamente a pruebas diagnósticas y un tratamiento generalmente farmacológico. El médico sabe leer análisis, radiografías, resonancias, pero no sabe escuchar al paciente, para ello debería primero hablar como sujeto psíquico, es decir pasar de ser un humanista a transformarse en sujeto de la ciencia. Algo ya escrito por Descartes y puntuado por Freud.
Dr. Carlos Fernández
Psicoanalista de Grupo Cero